Tirado. Existiendo. Revivo y pienso, no siento, siento. Sueño, sueño lo que sueñas, sueño que me sueñas, ¿dónde estoy? ¿Qué soy ahora?
Me desahogo, sulfuro, ácido. Sólo. Soledad, ¿dónde estás?
La noche es una oscura mujer que viene a mi encuentro, la noche, vestida con su manto blanco me acaricia, me desarma en sus titilantes estrellas. La noche me sonríe con su cadavérico rostro, sus labios secos y muertos se acercan a mi piel.
La noche se va y vuelve el silencio, silencio mortal, sepulcral.
Me toca debajo de los rayos del Sol, espía mi día. Me acecha. Quiere tenerme.
¿Moriré? ¿Dónde estoy ahora?
Tanto tiempo he corrido y recorrido los oscuros callejones en los que me quedo dormido escapando de la noche. No quiero que llegue la noche. Caerá sobre mi cuerpo y destrozará mi vida.
Le temo.
La noche se acerca.
Explotaré antes de que me lleve con ella a donde los gatos maúllan a
No seré de la noche.
No seré de nadie.
No soy nada ni de nadie porque no existo.
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